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Y más de lo mismo, la falta de gol del Sevilla está causando estragos en los objetivos marcados a principios de temporada por Marcelino. El proyecto de un equipo que aspiraba a la Eurpoa League, a la Copa del Rey y al tercer puesto de la Liga se viene abajo tras los últimos partidos. El Sevilla está en crisis. La mala racha que trae el conjunto andaluz se empieza a notar en los ánimos de los aficionados. Hay buen juego pero no hay gol. Como en el partido del pasado miércoles ente el Valencia, el Sevilla jugó una primera parte de posesión de balón y con bastantes ocasiones, quizás algo menos fuertes que ante el Valencia, pero con un buen juego y acercamiento a la portería rival por la bandas. El Espanyol por su parte no hizo méritos para ganar, pero aguantó el tipo y consiguió arracar ese punto que le viene bastante bien para continuar aspirando a zonas europeas. En el partido de ayer Kanouté salió antes, en el minuto 46, pero el gol no llegó. Y es que el Sevilla llega tiene ocasiones, pero la pelota no entra y ya salen a la luz por parte de la afición las teorías resultadistas. Mejor ganar sin jugar que perder puntos jugando bien. Se le están complicando las cosas a Marcelino, que no ve resultados en su planteamiento de juego. Es el entrenador de "entre semana", en la ciudad deportiva nadie tiene quejas de él. Los entrenamientos son espectaculares, pero cuando llega la competición el fin de semana, no hay manera de obtener tres puntos. El ambiente está caldeado y parece que todo dependa de la actuación del equipo la próxima semana ante el eterno rival: el Betis. Clima tenso y crisis en un Sevilla FC que ve como poco a poco se pierden puntos y se alejan las metas que se propusieron al inicio de la temporada.
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